jueves, 25 de junio de 2009

Los defectos crecen

Termina el curso académico y no sé si decidirme por recordarlo o relatar todo lo que tengo pensado para el siguiente. Lo primero: dejar durante estos seis meses restantes de 2009 la formación de profesionales, dedicarme a mis fantasías y mi alumnado (espero cumplirlo; sí, ya sé que el año pasado empezó igual y fíjate): pobres, ni se imaginan la cantidad de cosas que tengo preparadas para el año que viene. Prefiero no decirlas, pero algunas son realmente maravillosas (espero que para ellos también).
La formación del profesorado me ha llevado este año a una locura inimaginable: no ha habido mes sin ponencias a pesar de que al final la cosa fue bastante a menos. En el tercer trimestre Sevilla, Montalbán, Linares, Lucena, Montilla, Córdoba, para terminar en la comunidad de SEDIC que al menos era cosa virtual y liviana, que es de agradecer. Lamenté tener que renunciar a algunas como la invitación a Feria del Libro de Sevilla para participar en Los futuros del libro, a lo que renuncié por no faltar a clases en época final, a pesar de ser invitación más que tentadora, por los temas propuestos y por los compañeros y compañeras de ponencia. En otra ocasiones me he negado porque la formación del profesorado anda a veces un poco como con el norte perdido. Me piden por ejemplo, que vaya a tal sitio a "hablarles de competencias", o me piden que repita o que "les hable de lectura", sin que quien lo propone, quienes me vayan a escuchar ni yo mismo sepamos qué queremos hacer exactamente. Y no es esto porque tenga yo el éxito asegurado, que he visto auditorios de todo tipo y he participado en experiencias inimaginables -para bien y para mal-: exprés, magistrales, participativas, aburridísimas, desordenadas, rígidas, impresionantes...
¡Cuánta cosa que contar! Tantas, que ya concibo el mal del narrador que tanto afecta al bloguero.
Y no menos ha sido el año con mis alumnas y alumnos. Cada vez son mejores. Dios mío, si es que hemos hecho de todo este año. Con los de tercero, el Planeta barroco ha sido la estrella del impacto mediático, fue publicar la experiencia y salir en un blog, en otro, en otro, en otro, en otro, y hasta en Brasil, que ya resulta extraño. Pero, claro, como la prensa no hay nada y verlo en el Diario Córdoba fue el remate, algo que tenemos que agradecer siempre a Manuel Ruiz.
Lástima que en cuarto no haya yo conseguido editar los magníficos trabajos sobre el Modernismo, con sincronización de vídeo y presentación. Como siempre, una labor imposible según ellos, que al final acaban haciendo estupendamente. Como las presentaciones públicas de Proyectos Documentales Integrados, en las que se vieron con los nervios y el protagonismo de cara por primera vez en su vida. ¡Qué tarde pasamos!
Ha sido un año en el que he maduro muchísimo pero aprendido muy poco, porque más que pensar en los defectos que tengo que evitar el año próximo y que son demasiados, no hago sino encontrarme con ideas que se me ocurren de pronto para cometer nuevos errores el próximo curso.
Para el año que viene no quiero programación; por favor, dejadme equivocarme, que los defectos crecen hasta la perfección.

jueves, 4 de junio de 2009

David Attenborough Premio Príncipe de Asturias

Me alegra el premio Príncipe de Asturias en Ciencias Sociales para David Attenborough. Su documental Trial of live, que se tradujo para Televisión Española como La vida a prueba, y luego como El desafío de la vida para una editorial que la vendía en lotes, es para mí junto a Cosmos de Carl Sagan, las dos joyas de la filmografía documental mundial -probablemente por ignoracia no incluiría más títulos-.
Hace unos años colaboré con un amigo, profesor de Semiótica del espectáculo, diseñando algunas actividades. Pensaréis que poco tienen que ver los animales y plantas de estos documentales con las artes escénicas, sin embargo, no es así. Dentro de la serie que he mencionado, había un capítulo que no podía pasar por otro cualquiera para mí, el dedicado al lenguaje de los animales, titulado en el doblaje Hablando con extraños. Durante años usé este documental con los alumnos y todavía no he encontrado nada que se le parezca: absolutamente genial, a pesar de que falten casos imprescindibles como el manido de las abejas. Mi desesperación fue total cuando comprendí que había perdido este capítulo de la serie para siempre y que todos aparecían menos él, probablemente porque siempre andaba recomendándolo y prestándolo. Gracias a unos amigos pude encontrarlo y hacerme con una copia de un reportaje que muestra cómo la vida es realmente un espectáculo animal, una danza, una mascarada, y cómo los animales usan todo tipo de recursos para hablar, para expresarse entre ellos, para hablar a los seres humanos, incluso para hablarse a sí mismos.
En aquellos ejercicios que hicimos incluí, por supuesto, comentarios sobre el peculiar lenguaje de los calamares, que tanto da que pensar sobre cómo surgen los lenguajes, cómo se adaptan al cuerpo y al contexto y cómo dentro de su convencionalidad arrastran una cierta universalidad.
Y ahora sólo siento de nuevo agradecimiento por todo lo que aprendí y lo que creo que otros han podido aprender gracias a este profesor entusiasta y contagioso.