domingo, 30 de diciembre de 2007

Para trabajar las frases hechas

Ciertamente las frases hechas y refranes forman parte importante de una lengua. Aunque nuestro alumnado las usa frecuentemente, incluso dispone de las propias de su argot, es cierto que el refranero y algunas expresiones hechas dificultan por su ignorancia la comprensión.
Aquí va un divertido capítulo de Camera Café que trata el tema (¿Quién hace las frases hechas?)y que pone el dedo en la llaga (¿qué pone el dedo dónde?) y que nos puede servir para empezar a reflexionar: ¿y si nos las tomáramos al pie de la letras? (por cierto: ¿las letras tienen pie?).

sábado, 22 de diciembre de 2007

Crítica de la competencia impura

La semana pasada tuve la oportunidad de asistir a una serie de conferencias de un profesor universitario. No fue, sin embargo, una intervención muy bien planificada por lo que parece. No todo lo que dijo fueron tonterías, dejó conceptos importantes sobre la mesa y cuestiones trascendentales, pero poco más.
Me sorprendió mucho. No me sorprendió por otro lado.
Me sorprendió mucho la falta de rigor, la forma de despachar grandes teorías con cuatro pamplinas, el maniqueísmo, la manipulación política e ideológica (más propia de otros tiempos pasados; muy preocupante este aspecto, mucho, da miedo), la mentira elevada a prueba, la estupidez elevada a razón, lo parcial elevado a total, la confusión, el caos (yo creí que me iba a aclarar algo -decían en los corrillos- y me voy peor), la falta de planificación de lo que iba a exponer, los imperativos ("sólo así" una y otra vez, una y otra vez), la repetición de una palabra-consigna (una y otra vez, una y otra vez), la defensa de ideas que deben aplicarse en todos los lugares menos en su propia intervención por lo que se ve, las conclusiones gratuitas sin prueba alguna, y todo con una expresión rotunda, categórica, con la mano dirigiendo en el aire y enfatizando al hablar...
¿Si todo lo anterior me sorprendió, qué es lo que no me sorprendió?
Pues no me sorprendió que hablara de Educación (es un experto en educación)y particularmente, sobre la última moda de la enseñanza por competencias. Si hubiera sido otro tema (si hubiera sido sobre Arquitectura o Medicina, sobre Astronomía o Economía...), le habrían exigido rigor, sensatez, pruebas, mesura, tal vez hasta lo habrían callado, le hubieran exigido lo que para hablar de la Educación no se exige, porque en España, en Andalucía, la Educación sigue siendo un cachondeo.

viernes, 14 de diciembre de 2007

Cartucho que no te escucho

Cuando hablo sobre la importancia de la escucha en mis cursos sobre lectura, suelo hacer el siguiente razonamiento:
Si mandamos silencio en el aula, no estamos mandando callar (lo que sería negarles el habla), estamos mandando escuchar (lo que es afirmar a la persona, despertar su inteligencia). Así que no estamos prohibiéndoles que hagan algo, sino pidiéndoles que hagan otra cosa: escuchar es también "hacer algo". Quien no escucha no puede levantar acta, contar un chisme, dar un recado, hacer un recado, saber si lo quieren (y si no escucha, tampoco sabrá querer a nadie), aprender, contestar, responder, concursar, aconsejar, protestar, contar un chiste (todos son escuchados antes)...emocionarse, razonar.
En suma, si no enseñamos a escuchar, no enseñamos a hacer nada.

martes, 4 de diciembre de 2007

Capitalismo 2.0

Comencé una de las intervenciones que refiero recientemente en NOSOLOLIBROS aclarando que la web 2.0 no democratiza, sino que populariza. Usar "democratizar" me parece un error léxico políticamente intencionado. Ya expuse una primera argumentación: un sistema basado en máquinas de entre cuatrocientos y mil euros que necesitan conexiones de costo aproximado a 50 euros mensuales no pueden considerarse en ningún momento democratizadoras ni democráticas ni demócratas. Ocurre, sin embargo, que esta "ilusión informática", que también esbocé, es obra de la clase media, y por etnocentrismo, llega a considerarse un acercamiento a la oligarquía o mesocracia, democracia. De todas formas el argumento principal es que las estructuras de poder no sufrirán merma ya que la participación del público en los entornos 2.0 es producto de la interactividad y no del ejercicio del poder que quedará en manos del mismo. Considerar que la web 2.0 es una democratización es casi lo mismo que pensar que la tiranía de la audiencia en televisión es igualmente un triunfo de la democracia.
Y viene este último ejemplo bien traido, porque aunque se hable mucho de inteligencia colectiva -dado que el trabajo se puede realizar en la máquina social con aportaciones de muchas personas que se benefician del producto final- nadie suele advertir que aquí "inteligencia" se refiere a una capacidad cuyo grado se desconoce y que puede no sólo ser cero, en lugar de 120, sino incluso negativo -si hace retroceder con errores costosos-, por lo que habría que hablar claramente de la posibilidad de una estupidez colectiva y avisar de sus peligros -ya que se avisa de los beneficios.
En suma, la web 2.0 dará probablemente a la web lo que el mundo capitalista occidental ya dio al papel: una gran clase media que comparte casi toda su información a título personal, una pequeña clase baja que no comparte información que no tiene, y una pequeñísima clase alta que no comparte toda la información que retiene.